sábado, 22 de octubre de 2011

Brunete

(se aconseja la reproducción simultánea de los vídeos)


Marian Alzola: El Lugar del Testigo 
José Luis Corazón Ardura
Marian Alzola presenta en Brunete una reflexión acerca del espacio del búnker y sus distintos sentidos simbólicos, con referencia tanto a la presencia de estas edificaciones en la actualidad, como a la figura del testigo escondido en su interior. Como sabemos, estas fortificaciones que durante los enfrentamientos bélicos del siglo XX fueron un importante enclave para la defensa, en la actualidad se han convertido en restos arqueológicos de la historia. A pesar de que tradicionalmente se haya relacionado el búnker con su función meramente militar, es cierto que, a través del imaginario artístico, se ha configurado como una metáfora de la seguridad, máxime en un sentido vinculado a la intimidad, la memoria y la historia. Es el caso de los abundantes restos de este tipo de edificaciones en toda Europa, como prueban las convulsas transformaciones que hemos sufrido tanto en los mapas geográficos, como en el imaginario personal. Por ejemplo, el destino ha querido que un cierto turismo bélico sea ahora el principal interés de la Línea Maginot, una vez olvidada su función defensiva original. Si están presentes en importantes puntos estratégicos, en la actualidad el búnker constituye, como se ha dicho, una suerte de emplazamiento del vacío y abandono. Han perdido su significación esencial, pero aún mantienen intacta su fisonomía, ocultando un interior donde la historia difícilmente puede borrarse.

El búnker se ha convertido en una especie rara de edificación militar, no sólo por esta pérdida de significado, sino porque no sólo ha cambiado la manera de hacer la guerra, ha modificado notablemente el entorno donde se asientan. Resulta sorprendente que podamos encontrar en esa irrupción en un medio aparentemente natural la prueba del desfondamiento y la ocultación propia de los conflictos. Sabida es la historia de los enfrentamientos en Brunete, donde en poco más de veinte días morirían casi 40.000 personas, entre las cuales cabe contar a la fotógrafa Gerda Taro, quien se había movilizado con las Brigadas Internacionales para realizar un reportaje sobre el cruel enfrentamiento, muriendo de manera accidental al ser arrollada por un tanque.

Marian Alzola se ha dirigido a estas edificaciones para modificar la visión que solemos tener de la arquitectura militar, encerrándose en un conocido búnker situado en una de las zonas madrileñas donde, a causa del enfrentamiento, fueron modificándose los límites entre los ejércitos en lucha. En este video, titulado como el lugar donde se grabó -Brunete-, podemos comprobar que, a pesar de la asociación a la historia bélica española, encontramos la presencia de una mirada oculta, donde parece deslizarse la idea de observar ocultamente un transcurso o un paso. Así, Marian Alzola puede ofrecer lo que puede verse desde allí, una carretera donde pasan en sucesión automóviles, un entorno que parece abandonar lo natural, fuertemente asediado por la historia, la guerra y el olvido. También resulta curioso comprobar cómo han cambiado de sentido estos restos, deviniendo ahora en espacios para la pintada, el destrozo y el abandono. En esa dirección, se ha señalado la vinculación del ojo que se esconde en el interior y la estructura arquitectónica de una edificación destinada a una muerte elegíaca. Porque conviene señalar de nuevo que la idea de bunkerización es una de las características de este tiempo crítico actual, con relación a la importancia simbólica de estas edificaciones abandonadas. 

En el último trabajo de Marian Alzola puede reconocerse el paso del interior amenazado y la imagen del espacio abierto, experiencia de lo imposible que Georges Bataille en El azul del cielo –novela escrita en mayo de 1935-, identificaría con la conciencia del límite, donde el ojo queda, no solo convertido en arma -como señalara Paul Virilio-, sino en la reflexión acerca de la caída de los ideales utópicos, en correspondencia a la situación política durante la guerra civil española. En esa relación paradójica, entre la serie de dibujos titulada genéricamente King of blue y la imagen de encerramiento que ofrece Brunete, aparece esta oculta reflexión de Marian Alzola acerca de la presencia de un testigo, capaz de unir la contingencia como historia del tiempo pasado al camuflaje solo dable como ausencia y apertura de la historia de la intimidad.

1 comentario:

  1. La imagen del espacio abierto, elpaso del interior amenazado.Lo subjetivo construído y el ojo cómo arma, en el lugar del límite.La contingencia y la apertura al vasto exterior, el camuflaje sólo dable cómo ausencia y apertura de la historia de la intimidad:
    La lucha por ideales en el centro de la escena, sólo posible por una decisión subjetiva,soy comunista.

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